Al ver las lágrimas que caían de sus ojos, levantó una mano para secarle las lágrimas."Sufriré un dolor inimaginable si no lo sacamos. Shea, tú no me dejarías sufriendo, ¿verdad?".Ella asintió frenéticamente."Definitivamente seguiría intentándolo si hubiera otra manera, pero no la hay. No quiero arrastrar a Avery conmigo. Ya ha tenido bastante y, por mi culpa, ha estado trabajando día y noche sin descanso. Shea, tú también estarías triste si fueras yo, ¿verdad?".Ella volvió a asentir."Robert estaba enfermo cuando nació y le diste tu sangre sin que nadie lo supiera, aunque eso significara tu muerte. En ese entonces no tuviste miedo, ¿por qué lo tendría yo?".Las lágrimas de Shea rodaron por sus mejillas ante las palabras de su hermano.Una hora más tarde, Wesley regresó con el desayuno y Shea lo sacó inmediatamente de la habitación."Shea, ¿por qué tienes los ojos rojos? ¿Estuviste llorando? ¿Qué te pasa? ¿Tu hermano ya está despierto?". Wesley miró sus ojos enrojecidos y l

Avery marcó el número y Oliver contestó al cabo de unos instantes."Hola, señor Raven. Soy Avery Tate". Fue al grano y dijo: "¿Podría decirme cuándo estará libre? Me encantaría conocerlo en persona".Esto lo tomó por sorpresa un momento. "Señorita Tate, ¿cómo ha conseguido mi número? No creo que tengamos amigos comunes"."No los tenemos, pero no es tan difícil conseguirlo. El campo de la medicina es un círculo reducido y los amigos de mis amigos bien podrían ser sus conocidos"."Oh... Señorita Tate, ¿necesita algo?". Oliver ya sabía lo que ella quería, pero no lo mencionó."Necesito hablar con usted de algo importante, y creo que es mejor que nos conozcamos en persona. ¿Está libre esta tarde?". Ella quería reunirse con él lo antes posible."Estoy ocupado esta tarde y noche... Señorita Tate, tampoco estaré libre este fin de semana". Oliver pensó en el guardaespaldas que Dean le había asignado. Dean decía que era para protegerlo, pero él sabía que el guardaespaldas estaba allí para

"No tengo el número de E, pero puedo preguntarle a su madre. No tienes ni idea de lo mucho que le gusta Nadia a la madre de E. ¡Incluso quería ir a Bridgedale para verla en persona! Le dije que no asustara a Nadia y solo entonces desistió", dijo la tía de Nadia riendo entre dientes. “Ahora mismo voy a pedirle el número a E".Cinco minutos después, la tía de Nadia le envió el número de Eric a la señora Raven.Después de que la señora Raven recibiera su número, fue primero a tomar un vaso de agua. Mientras bebía agua, guardó su número en sus contactos.Después de guardarlo, lo llamó.Cuando Eric vio que era un número extranjero, lo ignoró sin pensar.El entusiasmo de la señora Raven se desvaneció. Discutía ella misma si seguir llamando o esperar un rato más para marcar de nuevo.En ese momento, el teléfono de Eric volvió a sonar. Esta vez, era su madre.Al ver la llamada de su madre, contestó inmediatamente."Eric, la madre de Nadia me pidió tu número de teléfono. Puede que te es

La señora Raven miró a Eric y lo evaluó de pies a cabeza.Eric quería que se notaran sus zapatillas sucias. Su asistente le dijo que cada vez que llevaba unas zapatillas sucias delante de su madre, ésta se ponía furiosa y le pedía que se las cambiara, así que su asistente le había comprado especialmente este par de zapatillas sucias.¿Quién iba a pensar que la señora Raven le iba a sonreír agradablemente después de tomarle las medidas?"¡No está mal! ¡Tu cuerpo no está mal!". Entonces, la señora Raven extendió la mano y le acarició la pierna. "¡Tienes las piernas largas!".Eric se quedó sin palabras. No esperaba que las sugerencias de su asistente no funcionaran.Para evitar que la señora Raven le siguiera tocando, se dirigió inmediatamente al puesto de enfrente y se sentó."¡E! Hace un momento pusieron una canción en el café. ¡La voz de la cantante se parece mucho a la tuya!", dijo la señora Raven mientras llamaba al camarero para ordenar.A Eric inmediatamente se le hizo un nu

"Termino la clase a las ocho. Mamá, si de verdad no te sientes bien, llamaré a una ambulancia, ¿de acuerdo?". Nadia no quería perderse el experimento de laboratorio de esa noche."Ay, olvídalo. Haz como si no te hubiera llamado. La próxima vez, si me pasa algo, no necesitaré que tú y tu hermano me cuiden. Llamaré a tu padre", dijo desdeñosamente la señora Raven y colgó.A las siete y media de la tarde, Nadia corrió a casa.La señora Raven estaba comiendo nueces mientras veía la televisión."¿No decías que terminabas clases a las ocho? ¿Por qué volviste tan temprano?"."¿No dijiste que no te sentías bien? Estaba un poco preocupada, así que se lo dije a mi profesor y me fui". Nadia dejó la mochila en el suelo y miró a su madre. "¡Tienes buen aspecto!"."Nadia, tu madre está bien. Gracias por preocuparte. Mira, tu hermano no se preocupó en absoluto", dijo Oliver. "Tener una hija sigue siendo mejor. Al menos saben preocuparse por otra persona"."Nadia, tengo algo que decirte. Vamos