El Santo Emperador Divino exudaba una gran Energía Demoníaca. Sus venas se hincharon y tenía una expresión aterradora en su rostro. Al mirar a Thea a lo lejos, sus ojos se pusieron rojos como la sangre. “Thea Callahan, sírveme bien y garantizaré tu seguridad”. Le hizo una seña a Thea. “¡Pfft!”. Thea gruñó con frialdad. Thea levantó la Espada Malévola. Irradiaba un brillo negro, y una invencible Espada de Luz de cien metros de largo se materializó y atravesó el aire en dirección al Santo Emperador Divino. Impávido, el Santo Emperador Divino desató Energía Demoníaca de su palma y bloqueó el ataque de Thea. Sin embargo, él se había vuelto arrogante. El ataque de Thea fue extremadamente poderoso. Cuando la aterradora Espada de Luz se estrelló contra él, la Energía Demoníaca en su palma se disipó de inmediato. Su rostro palideció y transformó su cuerpo en una imagen residual para esquivar el ataque. En la distancia, el rostro del Santo Emperador Divino se ensombreció. “Sup

Después de que Thea regresó a la Tierra, se apresuró a abandonar el Monte Bane y se dirigió en dirección a la Cámara de las Escrituras. Pronto llegó a su destino y se encontró con la custodio. En el noveno piso de la Cámara de las Escrituras, Thea estaba sentada en el suelo en posición de loto. Su rostro rubicundo se estaba poniendo pálido lentamente. A su lado había una mujer de aspecto glamoroso. Con un vestido tan blanco como la nieve, estaba impecablemente hermosa. “Fui golpeada por la Magia Maldita durante la batalla contra el Santo Emperador Divino. Señorita, ¿qué es esta Magia Maldita? ¿Por qué es tan aterradora?”, preguntó Thea con impotencia. La custodio miró a Thea y dijo en voz baja: “La Magia Maldita es un Poder Sobrenatural de la Era Primigenia y actualmente está en posesión de la Raza Demoníaca en el Reino de los Demonios. Según tengo entendido, el Clan Azurean y el Clan Hadeano dominaron segmentos de la Magia Maldita. Sin embargo, lo que aprendieron fue incom

Después de cultivar en el lugar sagrado de los Labhrann durante algún tiempo, él había alcanzado el Noveno Escalón de la Ascensión Inmortal. Ahora, estaba a sólo un paso de alcanzar el Grado de Mago. Mientras tanto, Sophie había preparado su Yogacara, que era una ola de Energía de Espada invencible dejada por una poderosa figura de la Era Primigenia. Tras lograr un gran avance, él abandonó el lugar sagrado y regresó al alojamiento preparado por los Labhrann. Era un patio independiente. A su llegada, notó que Henrik y Qusai charlaban alegremente. Vestido con una bata color azafrán, el godo Henrik estaba apoyado en su silla. Con los pies sobre la mesa, dijo con pereza: “El torneo de Brielle está a la vuelta de la esquina. Me pregunto si James podrá llegar a tiempo”. A su lado, Qusai, quien vestía una bata enorme, mordisqueaba una pequeña brizna de hierba y decía con frialdad: “No creo que James esté interesado en Brielle”. “Así es”. Henrik dijo: “Brielle no es una mujer común

El Patriarca de los Labhrann de la Dimensión Divina apareció junto a muchas figuras poderosas. Como provenían de la Dimensión Divina, los más débiles estaban al menos en el Rango Divino y podían aniquilar por completo a cualquiera en las Dimensión Mortal y la Dimensión Sabia. “¡Bienvenido, Patriarca!”. Figaro se arrodilló junto a los otros Labhrann de la Dimensión Mortal y dio la bienvenida a su Patriarca que vino de la Dimensión Divina. Txomin había superado la Tercera Etapa del Rango Divino y alcanzó el Grado de Cuasi-Emperador. Por lo tanto, el aura que exudaba era aterradora. Aunque no exudaba esta aura intencionalmente, todos podían sentir la presión abrumadora sobre sus hombros. James también sintió una presión extrema. Frente a una poderosa figura de la Dimensión Divina, contuvo la respiración. “¿Es este el poder de un ser supremo? Qué aterrador…”. Él respiró hondo. Txomin hizo un leve gesto con la mano al decir: “Pueden levantarse”. Solo entonces se pusieron en

El área restringida de la Dimensión Divina era simplemente demasiado peligrosa y James no tenía planes de ir. Perder la vida por una mujer simplemente no valía la pena. Sin embargo, con los demás ocurría lo contrario. Para ellos, seguir los pasos de los Labhrann significaría tener la oportunidad de emerger como una fuerza a tener en cuenta. Incluso si al final no se casaran con Brielle, atraerían la atención de los cultivadores de la Dimensión Divina si regresaran con vida. Se considerarían afortunados de ser admitidos como sus discípulos. Por lo tanto, valía la pena arriesgar sus vidas. Henrik preguntó: “¿Vas a ir, James?”. “No”. James sacudió la cabeza y dijo: “El área restringida de la Dimensión Divina es demasiado peligrosa. Incluso un Cuasi-Emperador podría perder la vida allí. No voy a arriesgar mi vida por una simple mujer”. “De acuerdo, entonces”. Henrik no dijo nada más. Como James no estaba dispuesto a ir, él no insistió en el tema. “No obstante, estoy interesad